Notarán que el número de días en
un baktun – 144.000 – es el mismo número que aparece tan
prominentemente en el libro número 27 del Nuevo Testamento, el Libro
del Apocalipsis.
“Luego escuche el número de esos que fueron sellados: 144.000 de
todas las tribus de Israel…” 7:4
“Luego mire y allí ante mí estaba el Ciervo parado en el Monte Zion,
y con él 144.000 quienes tenían su nombre y el de su padre escrito en
sus frentes.” 14:1
“Y cantaron una nueva canción… y nadie pudo oír la canción excepto
los 144.000 que habían sido redimidos de la tierra.” 14:3-4
¿Es mera casualidad que el número de la
medida del tiempo para contar los días hasta la “Hora” del último día
en el “fin del tiempo”, y el número de los elegidos redimidos de la
tierra son el mismo – 144.000?
Como puede ser esto?
La respuesta está en la profecía del 2012 sellado en la tumba de un hombre sabio de los Mayas, Pacal Votan.
detalle del relieve sarcófago de Pacal Votan
Para aprender más, viajemos atrás en el tiempo…
Es el año 631 DA. En Arabia, el profeta
Mahoma marcha victoriosamente a Mecca, reclamando el Ka´aba para el
establecimiento de la creencia original, Islam. En el calendario
Islámico es el 9 AH. Con este acto triunfal, el ciclo histórico del
Islam comenzó en la Tierra. Mahoma había completado ahora su misión en
la vida. En otro año el respiraría su último aliento, volviendo de
nuevo a su señor.
En el mismo año, 631 AD, al otro lado
del mundo, mientras Mahoma caminaba hacia Mecca, en Palenque, un gran
rey Maya, Pacal Votan, noto el número de días transcurridos desde el
inicio del Gran Ciclo, el ciclo del ensayo del hombre en la Tierra:
1366560 días… El consideró los factores múltiples de este número. Este
era el número siempre previsto, el número que marcaría su destino, la
razón de su misión en la tierra.
De su conocimiento de matemática
astronómica, Pacal supo que esta era la fecha de máxima sincronización
ocurriendo entre el primer día del primer baktun y el último día del
treceavo baktun. El también supo que este día comenzaba le ciclo de 52
años número 73 desde el comienzo de la cuenta de los días. 3744 años ya
habían ahora pasado.
Este era el sub-ciclo supremo armónico del Gran Ciclo. Fue
durante este ciclo de 52 años que Pacal debía determinar la mejor
manera de dejar la profecía del final de la historia – no el fin del
tiempo, ni el fin del calendario Maya, sino solo el fin de la historia.
Por la sabiduría que se le dio, Pacal
sabía que su tiempo terminaría con la finalización de su ciclo de 52
años número 73 (AD 683), y así el concibió construir un gran monumento
funerario, de acuerdo a sus instrucciones, por su hijo, Chan Balum.
Todo sobre este monumento será codificado con la profecía del final de
la historia, incluyendo sus fechas de conmemoración y descubrimiento.
Así fue que habiendo pasado cuatro
katuns ó 80 años en la tierra, que Pacal murió en 683 DA. El gran
sarcófago monolítico lo esperaba.
Cubierto de jade, su cuerpo fue colocado a descansar. Encima del
sarcófago fue colocada una magnífica escultura. Luego, por los próximos
nueve años, un gran templo en forma de pirámide de nueve pisos fue
construido sobre el sarcófago. La tumba ahora estaba bien sellada
detrás de una puerta de piedra en la parte inferior de esta pirámide.
Desde la pared de la tumba, siguiendo una escalera curveada hacia el
nivel de arriba, había un psicoducto ó tubo parlante. Sucio y escombros
fueron utilizados para llenar la escalera y ocultar la tumba. En la
parte de arriba de la pirámide un templo se había construido.
El piso
de la cámara central de este templo estaba cuidadosamente colocado con
grandes losas de piedra, sellando efectivamente la escalera y el tubo
parlante que llegaba hasta la tumba. Las paredes de las tres cámaras
del templo estaban cubiertas con inscripciones cuidadosamente incididas
– 620 en total: 140 en la cámara central y 240 en cada cámara lateral.
Templo de la inscripcionesEl templo finalmente fue dedicado en el año Maya 9.13.0.0.0 (AD 692).
Una fecha proféticamente codificada. Este año Maya señaló que los nueve
baktunes más trece baktunes pasaron desde el inicio de la cuenta de los
días. Otros siete baktunes y Palenque fue abandonada.
Este fue el año AD 830, ó 10.0.0.0.0 – diez baktunes ó 1.440.000 días
desde que comenzó la cuenta de la historia. Después de tanto tiempo, la
jungla reclamó a Palenque. Cuando llegaron los Españoles siete siglos
más tarde, nadie tenía idea de que Palenque existía.
Pero
habían mitos, leyendas y ciertas tradiciones proféticas que hablaban de
un gran rey llamado Votan que construyó una casa oscura y dejó detrás
de él 22 (9 + 13) tablas que hablan del futuro y de la venida de la
religión cósmica de Hunab Ku – Uno que Dador del Movimiento y la Medida.
A principios del siglo 19, Palenque
había venido a la luz y ciertos buscadores intrépidos y arqueólogos
encontraron el camino a sus ruinas místicas. Pero hasta la mitad de
siglo 20, nadie tenia idea de que debajo del gran templo de las
inscripciones, como se llegó a conocer la pirámide de Pacal, yacía una
tumba y una profecía. Ninguna tumba había sido mejor escondida – pero
¿porque?
Así fue que un día en 1949, el
arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier estaba tamizando entre los escombros y
el sucio en el piso de la cámara central del templo de las
inscripciones. Una de las losas de piedra que cubría el piso atrajo su
atención por sus marcas curiosas en forma de vaso.
¿Estará la piedra
llena de estas formas? Levantando la piedra cuidadosamente todo lo que saludó a Ruz fueron más escombros y sucio. Pero un pedazo
de losa captó su atención. Lo sacudió y excavo alrededor de él. Era la
tapa de un tubo de losa. ¿A donde llevaba esto? Tenía que descubrirlo.
El 15 de junio de 1952, tres años
después, luego de excavar cuidadosamente, Ruz se encontró en una cámara
en el final de la escalera. Seis esqueletos – ¿victimas de sacrificio?
– se encontraban frente a una gran losa trapezoidal de piedra. Abriendo
esa losa curiosamente – una puerta ingeniosamente ideada – una gran
ráfaga de aire frío salió, aire cargado de pensamientos dejados allí
hace más de mil años antes. Dentro estaba la estupendamente tallada
tapa del sarcófago del gran rey de Palenque. Todo estaba en el tiempo
perfecto, como fue precisamente predicho por Pacal Votan.
Verán, desde el tiempo de la dedicación
del Templo y la tumba en el año 692 DA hasta el tiempo de su
descubrimiento en 1952, es un intervalo de exactamente 1260 años. Nada
sobre la tumba de Pacal fue dejado por casualidad, ni siquiera su
descubrimiento. El número 1260 es otro número a ser encontrado dos
veces en el Libro de las Revelaciones, el Apocalipsis – es el número de
los dos testigos de la
profecía y de la mujer embarazada vestida con las 12 estrellas y sus pies sobre la luna.
“Y daré a mis dos testigos que
profeticen por 1260, vestidos de cilicio.” 11:4 Estos dos testigos
pueden muy bien ser Pacal Votan y Mahoma, ya que sus profecías son para
el final del tiempo histórico.
Y de la mujer embarazada llevada al
exilio por el dragón de siete cabezas, está escrito, “Y la mujer huyó
al desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la
sustenten por 1260 días.”
12:6 Esta mujer representa el espíritu cósmico de la humanidad llevada
al exilio por las fuerzas del materialismo. Ella da a luz un hijo que
se convierte en el rey que emprenderá la batalla final del cielo en la
tierra.
Es obvio que Pacal tuvo la intención de
que su tumba fuera tan cuidadosamente encubierta que solo un milagro en
el momento correcto podría llevarla a la luz. Que este preciso
intervalo en el tiempo era exactamente 1260 años, correlacionándolo con
el libro del Apocalipsis es un tema de profunda consideración. El
mensaje de la tumba es simple: 1260 es el número del exilio de la
humanidad. Este es el mensaje de los dos testigos de la profecía. Las
12 estrellas son los primeros doce baktunes, y la luna es el treceavo.
El 1260 significa que cuando la tumba sea descubierta el mundo estará
en el exilio del materialismo. Este mundo del materialismo es gobernado
por el calendario Gregoriano de 12-meses y la hora de 60 minutos del
reloj mecánico, por ende 12:60, la frecuencia del tiempo mecanizado y
el número del exilio.
Pero la dedicación y el descubrimiento
de la tumba también estaban precisamente sincronizados con el cierre
del ciclo. Desde 1952 hasta 2012 son solo 60 años – 60 + 1260 = 1320.
Esto significa que desde la dedicación de la tumba en 692 hasta el
cierre del gran ciclo en el 2012 hay 1320 años. Este es el número
codificado en las matemáticas del calendario Maya 13:20 – 13 baktunes,
20 katunes cada uno, el número del ciclo completado en el 2012. En
esencia Pacal Votan está diciendo,
“Cuando mi tumba es descubierto, 1260
años habrán transcurrido, en ese tiempo la humanidad se encontrará
exiliada en la tumba del materialismo. Quedarán 60 años antes del final
del ciclo en el 2012 – 1320 años desde la dedicación de mi tumba. Para
sobrevivir los tiempos finales anunciados por el cierre del ciclo – la
guerra de los cielos en la tierra – la humanidad debe dejar el exilio
de la frecuencia 12:60 del materialismo y del tiempo mecánico, y
retornar a vivir en sincronización con los ciclos universales de la
naturaleza, 13:20. Este es el significado de los números 13 y 20, ya
que juntos crean la frecuencia universal de sincronización. Si la
especie humana puede hacer el cambio del 12:60 al 13:20, entonces será
el inicio de la segunda creación. Este es el significado de la profecía
2012.”
…. Valum Votan
Tomado de: http://xochipilli.wordpress.com/2007/12/03/el-significado-de-la-profecia-maya-del-2012-la-noosfera/